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El ATMAN, EL JIVATMAN,Y EL PSIQUÍCO (SRI AUROBINDO)

Un dels textos de les nostres trobades:



EL ATMAN, EL JIVATMAN Y EL PSÍQUICO

“Es necesario comprender claramente la diferencia entre el alma que evoluciona (ser psíquico) y el puro Atman, ser esencial o espíritu. El ser esencial puro no nace, no pasa por el proceso de la muerte y el nacimiento, no depende del nacimiento ni del cuerpo, ni de la mente, ni de la vida, ni de la Naturaleza manifestada. No está atado por estas cosas, no está limitado ni afectado por ellas, aunque las asume y las sostiene. El alma, por el contrario, desciende en el nacimiento y pasa, por medio de la muerte - aunque ella en sí misma no muera, porque es inmortal- de un estado a otro, del plano terrestre a otros planos; después regresa a la existencia terrestre. Ella persigue, por esta progresión de vida en vida, una evolución ascendente que la conduce hasta el estado humano, y hace evolucionar, a través de todo eso, un ser de ella misma que nosotros llamamos el ser psíquico que sostiene la evolución desarrolla una consciencia humana física, vital y mental, como instrumentos para adquirir experiencia del mundo y para una autoexpresión disfrazada, imperfecta, pero creciente. Todo eso ella lo hace desde detrás de un velo, dejando entrever algo de su ser divino solamente en la medida en que se lo permite la imperfección del ser instrumental. Pero llega un momento en que ella es capaz de prepararse para salir de detrás del velo a tomar el mando y a orientar toda la naturaleza instrumental hacia una realización divina. Es el comienzo de la verdadera vida espiritual. El alma es capaz entonces de prepararse para la evolución de una consciencia manifestada que será superior a la consciencia humana mental: puede pasar del estado mental al estado espiritual y, por los diversos grados del estado espiritual, al estado supramental. Hasta aquí, no hay razón alguna para que ella cese de nacer: de hecho, no puede dejar de hacerlo. Si, habiendo alcanzado el estado espiritual, ella tiene la voluntad de salir de la manifestación terrestre, puede en verdad hacerlo -pero una manifestación más alta es igualmente posible, en el Conocimiento y no en la Ignorancia.”

Sri Aurobindo


“En nuestro yoga, la expresión «ser central» sirve generalmente para designar la parte del Divino en el hombre que sostiene todo el resto y que sobrevive a través de la muerte y el nacimiento. Este ser central tiene dos formas: en lo alto, es el Jivatman, nuestro ser verdadero del cual nosotros tomamos consciencia cuando llega el auto-conocimiento superior; abajo, él es el ser psíquico que se mantiene detrás de la mente, del cuerpo y de la vida. El Jivatman está encima de la manifestación de la vida y la preside; el ser psíquico está presente detrás de esta manifestación y la sostiene. La actitud natural del ser psíquico es la de sentirse como un Niño, el Hijo de Dios, el Bhakta; es una parte del Divino, una con él en esencia, aunque en la dinámica de la manifestación exista siempre una diferencia, incluso en la identidad. El Jivatman, por el contrario, vive en la esencia y puede fundirse en una identidad con el Divino: pero a él también, desde el momento en que preside la dinámica de la manifestación, se le reconoce como un centro del Divino múltiple y no como el Parameshwara [el Supremo]. Es importante acordarse de esta distinción; porque de otro modo, si se tiene el menor egoísmo vital, uno puede comenzar a creerse un Avatar o bien perder el equilibrio, como Hridaya con Ramakrishna1. Hridaya era el sobrino de Ramakrishna y uno de sus discípulos”

Sri Aurobindo


“El ser central es el ser que preside los diferentes nacimientos, uno tras otro, pero en sí es nonato, pues no desciende hasta el ser, sino que está encima de éste. El ser central mantiene juntos al ser mental, vital y físico a todas las diversas partes de la personalidad y controla la vida bien sea a través del ser mental y el pensamiento y la voluntad mental o bien por medio del ser psíquico, con lo que pueda estar situado más al frente o ser más poderoso en la naturaleza. Si no ejerce este control, la consciencia se sume en un gran desorden y cada parte de la personalidad actúa por su cuenta de tal modo que no hay coherencia alguna ni en el pensamiento ni en el sentimiento ni en la acción. El ser psíquico no está encima, sino detrás. Su sede está detrás del corazón, su poder no es el conocimiento sino un sentimiento esencial o espiritual; posee el más diáfano sentido de la Verdad y una suerte de percepción inherente de ésta que es de la naturaleza de la percepción del alma y del sentimiento-del-alma. Es nuestro ser recóndito y sostiene a todos los demás, el ser mental, el vital y el físico, pero también está muy velado por ellos y ha de actuar sobre ellos más como una influencia que en virtud de su derecho soberano a una acción directa; sólo cuando alcanza un alto estadio de desarrollo o mediante el yoga su acción directa se torna normal y preponderante. No es el ser psíquico el que tú percibes que te proporciona intuiciones de lo que ha de acontecer o te pone sobre aviso de los resultados de ciertas acciones; es alguna parte del ser interior, a veces el mental interior, a veces el vital interior, algunas veces puede ser el Purusha físico interior o sutil. El ser interior -la mente interior, el vital interior, el físico interior o sutil- conoce muchas cosas desconocidas por la mente exterior, el vital exterior, el físico exterior, porque está en contacto más directo con las fuerzas secretas de la Naturaleza. El ser psíquico es el ser más recóndito de todos; una captación de la verdad que es inherente a la sustancia más profunda de la consciencia, la percepción de lo bueno, lo verdadero, lo bello, del Divino, es su privilegio.”

Sri Aurobindo


“Es la acción del ser psíquico la que se halla mezclada con las incapacidades de la mente, del vital y del físico, y no el ser psíquico mismo, porque éste debe utilizarlos para expresar el poco sentimiento psíquico verdadero que penetra a través del velo. Es por la aspiración del corazón hacia el Divino, que el ser psíquico se libera de sus incapacidades”.

Sri Aurobindo


Comentarios

  1. Libro VII: El Libro del Yoga. Canto II: La Parábola de la Búsqueda del Alma.
    475

    La Voz replicó: “¿Es eso suficiente, oh espíritu?
    ¿Y qué dirá tu alma cuando despierte y sepa
    del trabajo dejado sin hacer para el cual vino?
    ¿O es esto todo para tu ser nacido en la tierra
    misionado con un mandato de la eternidad,
    oyente de las voces de los años,
    seguidor de las huellas de los dioses,
    pasar y dejar inalteradas las viejas leyes polvorientas?
    ¿No habrá nuevas tablas, ni nueva Palabra,
    ni una mayor luz descenderá sobre la tierra
    liberándola de su inconsciencia,
    al espíritu del hombre de su inmutable Destino?

    ¿No descendiste para abrir las puertas del Destino,
    las puertas de hierro que parecían cerradas para siempre,
    y conducir al hombre a la amplia y dorada vía de la Verdad
    que discurre a través de las cosas finitas hacia la eternidad?
    ¿Es entonces éste el relato que debo hacer,
    mi cabeza agachada por la vergüenza delante del sitial del Eterno, —
    su propio poder que en tu cuerpo encendió fracasado,
    su trabajadora de regreso, su tarea sin hacer?”

    Entonces el corazón de Savitri cayó en la mudez, sin pronunciar palabra.

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