La Flama d'Auroville

"Krishna y Radha es el símbolo del Amor Divino. La flauta es la llamada del Amor Divino." "Radha es la personificación del amor absoluto por el Divino, total e integral en todas las partes del ser, desde el espiritual más elevado al físico, trayendo la entrega absoluta y la consagración total de todo el ser y descendiendo al cuerpo, a la naturaleza más material al supremo Ananda." "... La imagen de Krishna y Radha. ... no tiene nada que ver con el sexo. El verdadero símbolo no sería la atracción sexual humana, sino el alma, lo psíquico, escuchando la llamada del Divino y floreciendo en el completo amor y entrega que lleva  al  Ananda  supremo.  Eso es lo que Radha y Krishna con  s u unión divina producen en la conciencia humana…" Sri Aurobindo

                      EL GRAN SENTIT És l’època del Gran Sentit. Mirem cap a la dreta o cap a l’esquerra, construïm teories, reformem les nostres esglésies, inventem supermàquines i baixem al carrer per trencar la màquina que ens ofega: lluitem dins el petit sentit. Quan el vaixell terrestre s’enfonsa, importa si els passatgers s’enfonsen a la dreta o a l’esquerra, sota una bandera negra o vermella, o blau cel? Les nostres esglésies ja s’han enfonsat: estan reformant la seva pols. Les nostres pàtries ens aixafen, les nostres màquines ens aixafen, les nostres Escoles ens aixafen i construïm més màquines per sortir de la Màquina. Anem a la lluna, però no coneixem el nostre propi cor ni el nostre destí terrestre. I volem millorar l’existent, però ja no és el moment de millorar l’existent: es pot millorar la putrefacció? - És el moment d’una ALTRA COSA. Una altra cosa, no és la mateixa cosa amb millores. Però, com procedir? Prediquem la violència o la no

EL MIEDO A LA MUERTE Y LOS CUATRO MÉTODOS PARA VENCERLO                   De una forma general, quizás el mayor de los obstáculos que impide el progreso del hombre sea el miedo, un miedo que tiene múltiples aspectos, multiforme contradictorio, ilógico, irracional, y con frecuencia irrazonable. De todos los miedos, el más sutil y el más tenaz es el miedo a la muerte. Tiene sus raíces profundas en el subconsciente, y no es fácil desalojarlo. Está constituido, obviamente, de varios elementos entretejidos: el espíritu de conservación y el que se refiere a la auto preservación con el fin de asegurar la continuidad de la consciencia, el repliegue ante lo desconocido, la inquietud causada por lo inesperado y lo imprevisible, y quizás, detrás de todo esto, oculto en las profundidades de las células, el instinto de que la muerte no es inevitable, y que, si se cumplen ciertas condiciones, puede ser vencida; aunque, de hecho, el miedo en sí mismo es uno de los mayores obstáculos