El CONTAGIO
Un comienzo de evolución nueva, es frágil, está amenazado como un brote
joven; no sabemos cuántas especies fueron ensayadas por la Naturaleza,
destruidas, vueltas a probar, hasta que el brote-un brote- sobreviva a los
millones de pequeños insectos y a un clima difícil. Es un cuadro muy exacto de
lo que ha pasado y de lo que pasa y pasará cada vez que una tentativa nueva
querrá brotar sobre este terreno evolutivo. Quizás las dificultades son queridas
por la Naturaleza para hacer fuertes sus brotes jóvenes; siempre comprendemos
mal la vasta sabiduría de nuestra Madre y no sabemos suficiente que estos
obstáculos son sus instrumentos de trabajo y que ella es, “Dios mío” también
dentro del pequeño insecto que quiere destruir el hermoso brote. La humanidad
debe comprender bien la situación porque, la empresa evolutiva, será necesario
que la haga aquí o allá, de una forma u otra, con un vocabulario u otro, un
gorro de tul o de astracán. Es así, todos vamos allí. Y el problema es el mismo
para todos, con esta oruga u otra. “Es necesario tratar de unificar un terreno,
les decía Ella, de producir un suelo particularmente fértil para que
se pueda obtener la máxima receptividad de manera colectiva”. Si, un poco como
los arboles jóvenes que aspiran, aspiran para que la lluvia caiga, y cuando están
allí, apretados, la nube llega allí, no va a llover a otro lado, se necesitan
plantas, muchas plantas jóvenes para atraer la lluvia. De lo contrario es un
desierto civilizado y no crece nada más que maquinas. Es una ley simple,
también hay una meteorología evolutiva. “Hay un momento, en la vida de cada
uno, un momento en que esta necesidad de sinceridad perfecta se presenta como
una opción definitiva…” La sinceridad es de aspirar a la hermosa lluvia, la que
hace crecer, pero es curioso, aspiramos al microbio al mismo tiempo, siempre tiramos
en dos direcciones. “También hay un momento en la vida colectiva, cuando uno es
parte de un grupo, hay un momento en que la elección debe hacerse, cuando la
purificación debe efectuarse. Algunas veces, se vuelve muy serio, es casi una
cuestión de vida o muerte para el grupo, es necesario que haga un progreso si
quiere sobrevivir” …
Sri Aurobindo y Ella habían escogido hacer crecer su experiencia evolutiva
en las condiciones del mundo, no sobre el Himalaya, no entre cuatro muros: en
medio mismo de la sociedad, era necesario que la experiencia tuviera el clima
del mundo, ¿o entonces de que serbia?
Pero el mundo, es muy contagioso. Ella les explicaba la totalidad del
problema, día a día, en el Terreno de Juegos, que era quizás un terreno de
juegos de la evolución. Era absolutamente necesario que algunos humanos mesuraran
la extensión del trabajo: entender el trabajo, ya es participar, es por esto
que los habían dotado de un bonito cerebro, no para hacer arpegios. “Incluso el
asceta, el solitario que va a sentarse en una caverna, o debajo de un árbol, en
la jungla, no puede completamente liberarse de esta solidaridad con el resto del
mundo. El aire que respira está lleno de todas las vibraciones del mundo, la
comida que él come contiene las vibraciones del mundo y por consecuencia es
suficiente que el exista para que él tenga una solidaridad con las dificultades
del mundo.” …
La Sinceridad del propósito. Era su refrán, Ella: sed sinceros, sed
sinceros…
Era la sola defensa en esta inmersión general; era la única solidez del
terreno, simplemente una actitud sincera tal que, a través de todo, lo más
oscuro, lo más rebelde, lo más contradictorio- ¡llevamos todo un mundo de
contradicciones! Todas las oscuridades son allí, todos los microbios posibles- a
pesar de todo y contra viento y marea, existe “alguna cosa” dentro que mantiene
el rumbo evolutivo: es ahí donde voy, es esto lo que yo quiero. Entonces cada contradicción
se convierte en una fuerza más para seguir adelante. La batalla de la evolución
no consiste en no equivocarse nunca, sino en aprovechar todas las ocasiones en
el sentido verdadero. Así que siempre estamos en el Sentido, por no importa que
desvió.
Es la necesidad de verdad que crea la verdad, es la necesidad de otro aire
que crea el próximo aire evolutivo, como es la necesidad de salir lo que ha
hecho que al reptil del Secundario le crezcan alas. No son sus virtudes de
reptil las que lo salvaron. Esto es la sinceridad evolutiva: ir en el sentido
(la dirección) por no importa de qué manera, si, ir ahí. Es allí donde voy, e
incluso si caigo en el infierno, todavía es ahí donde voy, porque es solamente
ahí que respiramos. “Hay un momento, decía Ella, cuando la vida tal como es, o
la consciencia humana tal como es, parece una cosa absolutamente imposible de
soportar; decimos: “No, no es eso, no puede ser eso, eso No Puede continuar.”
Bueno cuando estamos aquí, solo hay que tirarlo todo: todo nuestro
esfuerzo, toda nuestra fuerza, toda nuestra vida, todo nuestro ser, esta suerte
o, si uno quiere esta ocasión excepcional que se da para pasar al otro lado…
Vale la pena dejar mucho equipaje atrás, deshacerse de muchas cosas para dar el
salto Allí.”
Y Ella dijo que esta sinceridad, esta necesidad, de otra cosa, era tan
poderosa en su simplicidad que tenía poder “incluso sobre la muerte.” Nunca
sabremos cuan simples son las claves del próximo mundo-tan simples como las
dificultades son tremendamente complicadas. Y una vez el brote esta enraizado,
se extenderá sobre el resto del campo terrestre, automáticamente: el contagio
también se produce en ambos sentidos.
SATPREM (MÈRE, l’espèce Nouvelle)
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