
EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA
INTERIOR
Me preguntasteis qué
disciplina tenías que seguir para convertir la búsqueda mental en una
experiencia espiritual viva. La primera necesidad es la de practicar la
concentración de vuestra consciencia dentro de vosotros.
El mental humano
ordinario tiene, en la superficie, una actividad que vela el verdadero Yo. Pero
hay otra consciencia, escondida en el interior, detrás de la consciencia
superficial, donde podemos adquirir la percepción del verdadero Yo y de una
verdad más vasta y más profunda de la naturaleza, donde podemos realizar el Yo,
liberar la naturaleza y transformarla. Tranquilizar el mental de superficie y
empezar a vivir en el interior es la meta de esta concentración. Esta
consciencia verdadera, distinta de la consciencia de superficie, tiene dos
centros principales, uno en el corazón (no el corazón físico, sino el centro
cardiaco, en medio del pecho), el otro en la cabeza.
Para la concentración
en el corazón, nos abrimos hacia dentro y seguimos esta apertura interior,
penetrando profundamente, devenimos conscientes del alma o del ser psíquico, del
elemento divino en el individuo. Este ser desvelado empieza a venir al primer plano,
a gobernar la naturaleza, a orientarla y a todos sus movimientos, hacia la
Verdad, hacia el Divino, y a llamar en ella todo lo que hay por encima. Él trae
la consciencia de la Presencia, la consagración del ser al Supremo, hace descender
en nuestra naturaleza una Fuerza, una consciencia más grande que esperaba por
encima de nosotros. La concentración en el centro del corazón, acompañado de la
ofrenda de sí al Divino y de la aspiración a esta apertura interior y a la
Presencia en el corazón, es el primer modo de concentración y si se puede
practicar es un comienzo natural; porque su resultado, una vez adquirido, hace
el camino espiritual mucho más fácil y seguro que si se empieza de otra manera.
Esta otra manera
consiste en concentrarse en la cabeza, en el centro mental. Si ella aporta el
silencio en el mental superficial, ella abre dentro un mental interior más
vasto y más profundo que es más capaz de recibir la experiencia y el
conocimiento espirituales. Pero una vez que se concentra en este sitio, es
necesario abrir la consciencia mental silenciosamente hacia lo alto a todo lo
que está por encima del mental. Después de un cierto tiempo, se siente a la
consciencia elevarse por encima; sube finalmente más allá de la tapadera que la
ha tenido largo tiempo encerrada en el cuerpo y encuentra más allá de la cabeza
un centro que la libera al Infinito. Allí, empieza a entrar en contacto con el
Yo universal, la Paz, la Luz; el Poder, el Conocimiento, la Belleza del Divino,
y a penetrar, a devenir todo esto y a sentirlo descender en la naturaleza.
Concentrarse en la
cabeza, aspirar a la tranquilidad del mental y a la realización del Yo del
Divino por encima, es el segundo modo de concentración.
Es importante, sin embargo, recordar que la
concentración de la consciencia en la cabeza no es más que una preparación a la
ascensión de esta consciencia hacia el centro que se encuentra por encima; de
otra manera se puede quedar encerrado en su propio mental y sus experiencias o,
en el mejor de los casos, alcanzar solamente un reflejo de la Verdad que está
detrás en lugar de subir a la transcendencia espiritual con el fin de vivirla.
Para algunos la
concentración mental es más fácil, para otros es la concentración en el centro
del corazón; algunos son capaces de hacer las dos cosas alternativamente, pero
es preferible, si se es capaz, de empezar por el centro del corazón.
El otro aspecto de la
disciplina concierne a las actividades de la naturaleza, del mental, del mi-
de-vida o vital, del ser psíquico. Aquí el principio consiste en armonizar la
naturaleza a la realización interior a fin de que no sea dividida en dos partes
discordantes. Muchas disciplinas o métodos son posibles. En una ofrecemos todas
las actividades al Divino, llamamos al guía interior y pedimos que la
naturaleza sea tomada por un Poder superior. Si uno está abierto al alma
interior, si el ser psíquico viene al primer plano, entonces no hay gran
dificultad: este estado es acompañado de una discriminación psíquica, de una
indicación constante y de una dirección que revela todas las imperfecciones,
tranquila y pacientemente, las elimina, introduce en el mental y el vital los
movimientos justos y da una forma nueva a la consciencia física.
Otro método consiste
en hacer un paso atrás, desprendiéndose de los movimientos del ser mental,
vital y físico, y considerar sus
actividades solamente como una formación habitual de la Naturaleza general en
el individuo, formación que nos es impuesta por el funcionamiento del pasado y
que no forma parte de nuestro ser verdadero; en la medida en que lo logramos, o
nos liberamos, vemos al mental y sus actividades no como nosotros mismos, la
vida y sus actividades ajenas a nosotros, el cuerpo y sus actividades distintas
a nosotros, entonces empezamos a percibir un Ser interior, un mental interior, un
vital interior, un físico interior silencioso
, calmo, no ligado, no apegado, que refleja el verdadero Yo detrás y puede ser
su representante directo; de este Ser interior silencioso proviene el rechazo
de todo lo que tiene que ser rechazado, la aceptación de lo que puede ser
guardado y transformado a exclusión del resto, una Voluntad profunda que tiende
hacia la perfección o una llamada al Poder divino para que Él haga cada paso
necesario para la transformación de la naturaleza. Este Ser interior puede también
abrir el mental, la vida y el cuerpo a la entidad psíquica interior y a su
influencia para que nos guie, o dirija directamente. En la mayoría de casos
estos dos métodos aparecen simultáneamente y van a la par, terminan por
fundirse en uno solo. Pero se puede empezar por uno o por el otro, aquel que nos
sea más natural y más fácil a seguir.
Finalmente, en todas
las dificultades donde el esfuerzo personal es obstaculizado, el Instructor
puede intervenir y aportar la ayuda necesaria para hacernos llegar a la
realización o para hacernos saltar a la próxima etapa.
Sri Aurobindo
(Exercices pour la maîtrise de soi- Vers l’harmonie intérieure)
18.61 Bhagavad-Gîtâ
ResponderEliminarईश्वरः सर्वभूतानां हृद्देशेऽर्जुन तिष्ठति ।
भ्रामयन्सर्वभूतानि यन्त्रारूढानि मायया ॥
īśvaraḥ sarvabhūtānāṃ hṛddeśe’rjuna tiṣṭhati,
bhrāmayansarvabhūtāni yantrārūḍhāni māyayā.
The Lord, O Arjuna, is seated in the heart of all beings turning all beings mounted upon a machine by his Maya.