23 DE JULIO DE 1958🌹
¿Madre, como podemos desarrollar la facultad de la intuición?
Hay diferentes tipos de intuición, y llevamos estas capacidades en nosotros mismos. Están siempre un poco activas, pero no las discernimos porque no prestamos suficiente atención a lo que pasa en nosotros.
Hay, detrás de las emociones, profundamente en el ser, una consciencia que se sitúa aproximadamente al nivel del plexo solar, una especie de conocimiento previo, como una capacidad de previsión, que no es en forma de ideas: en una forma de sentimiento más bien, una percepción casi de sensaciones. Por ejemplo, cuando decidimos hacer alguna cosa, a veces hay una clase de malestar o de rechazo interior, y generalmente si se escucha esta indicación más profunda, nos damos cuenta de que era legítima.
Hay, en otros casos, algo que crece, que indica, que insiste (no hablo de impulsos, o de movimientos que vienen del vital y mucho más bajos), de indicaciones que están detrás de los sentimientos, que vienen de la parte afectiva del ser; allí, también podemos recibir una indicación bastante segura de qué hacer. Esto son formas de intuición o de un instinto superior que se cultiva por la observación y también por el estudio de los resultados. Naturalmente, es necesario hacerlo de una forma sincera, objetiva, sin tomar partido. Si se quiere ver las cosas de una cierta manera y al mismo tiempo hacer esta observación, todo es inútil. Es necesario hacerlo como si estuvieras mirando lo que pasa fuera de ti, en la casa de otra persona.
Es una clase de intuición, y quizás la primera forma en que se manifiesta generalmente.
Existe otra forma, pero está es más difícil de seguir porque, para los que están acostumbrados a pensar, actuar por la razón- no por los impulsos, sino por la razón-, a pensar antes de hacer cualquier cosa, hay un proceso extremadamente rápido de causa y efecto en el pensamiento semiconsciente que hace que uno no vea la línea, toda la línea de razonamiento y que por consecuencia no piensa que es un razonamiento, y esto, es engañoso. Tenéis la impresión de una intuición, pero no es una intuición, es un razonamiento extremadamente rápido, subconsciente, que toma un problema y que va directo a las consecuencias. No hay que confundir esto con la intuición.
La intuición, en el funcionamiento ordinario del cerebro, es algo que cae de repente, como una gota de luz. Si se tiene la capacidad, un principio de capacidad de visión mental, da la impresión de algo que viene de afuera, o de arriba, y es como un pequeño choque en el cerebro, una gota de luz, absolutamente independiente de todo razonamiento.
Esto se percibe más fácilmente cuando logras silenciar tu mente, para mantenerla quieta y atenta con una parada en su funcionamiento ordinario, como si la mente se estuviera transformando en una especie de espejo, que se convierte en una facultad superior, en una atención sostenida y silenciosa.
Eso también podemos aprender a hacerlo. Hay que aprender a hacerlo, es una disciplina necesaria.
Cuando tenemos una pregunta que resolver, sea la que sea, generalmente enfocamos nuestra atención aquí (gesto entre las cejas), en el centro justo encima de los ojos, que es el centro de la voluntad consciente. Pero ahí, si hacéis esto, no podéis entrar en relación con la intuición. Podéis estar en relación con la fuente de la voluntad, del esfuerzo, incluso de un cierto tipo de conocimiento, pero en el reino exterior, casi material; mientras que, si queréis tener una relación con la intuición, esto (la madre señala la frente) debe estar inmóvil. El pensamiento activo debe detenerse tanto como sea posible y toda la facultad mental formar como…En la parte superior del cráneo y un poco más arriba si se puede, una especie de espejo, muy tranquilo, muy quieto, vuelto hacia arriba, en una atención muy silenciosa y concentrada.
Si lo logramos, tal vez no de inmediato, pero podemos tener la percepción de esas gotas de luz que caen de una región todavía desconocida en el espejo, y que se traducen por un pensamiento consciente que no tiene nada que ver con todo
El resto de pensamientos que teníamos antes de lograr el silencio.
Este es el comienzo verdadero de la intuición intelectual.
Es una disciplina a seguir. Durante mucho tiempo podemos intentarlo y no tener éxito, pero tan pronto tenemos éxito en “hacer el espejo inmóvil y atento” tenemos un resultado, no necesariamente con una forma precisa de pensamiento, pero siempre con la sensación de una luz que viene de arriba.
Y esta luz que viene de arriba, cuando podemos recibirla sin entrar inmediatamente en una actividad turbulenta, recibirla con calma y silencio y dejarla entrar profundamente en el ser, algún tiempo después, se traduce con un pensamiento luminoso o por una indicación muy precisa aquí (La Madre señala el corazón) en este otro centro.
Naturalmente, primero tenemos que desarrollar estas dos capacidades; tan pronto como tengamos un resultado, debemos observar el resultado como dije y ver la conexión con lo que sucede, las consecuencias; ver, observar con mucha atención lo que se ha introducido, que puede haber distorsionado, que razonamiento se ha agregado más o menos consciente, la intervención de una voluntad inferior más o menos consciente también; y es por un estudio profundo (básicamente casi en cada instante, en cualquier caso cotidiano y muy frecuentemente) que lleguemos a desarrollar nuestra intuición.
Es largo. Es largo y hay trampas: nos podemos engañar a nosotros mismos, podemos tomar por intuiciones voluntades subconscientes que intentan manifestarse, indicaciones dadas por impulsos que han rechazado recibir abiertamente, en fin, toda clase de dificultades. Es de esperar esto, pero si persistimos, seguro que lo lograremos.
Hay un momento en que sientes como una dirección interior, algo que te conduce muy perceptiblemente en todo lo que haces. Entonces, para que la dirección tenga su máximo poder, es necesario añadir la sumisión consciente: debemos estar sinceramente decididos a seguir la indicación dada por la fuerza superior. Si hacemos esto, entonces… nos saltamos años de estudio, podemos tener el resultado muy rápidamente. Si agregamos esto, el resultado viene muy rápido. Pero tienes que hacerlo con sinceridad y… Una especie de espontaneidad interior. Si queremos hacerlo sin esta sumisión, lo lograremos, como también lograremos desarrollar nuestra voluntad personal y convertirla en un poder considerable, pero lleva mucho tiempo y uno se encuentra con muchos obstáculos, el resultado es muy precario; tienes que ser extremadamente persistente, obstinado, perseverante y es seguro que tendrás éxito, pero después de mucho trabajo.
Haced vuestra sumisión con una entrega sincera, completa, y quemaréis etapas, iréis mucho más rápido; ¡Pero no lo hagáis con cálculo, porque esto lo estropea todo!
(Silencio)
Además, cualquier cosa que quieras hacer en la vida, una cosa es absolutamente imprescindible y es la base de todo, es la capacidad de concentración de la atención.
Si logramos reunir los rayos de la atención y de la consciencia en un punto, y seamos capaces de mantener esta concentración en una voluntad persistente, no hay nada que pueda resistir, no importa lo que sea, desde el desarrollo físico más material al más alto desarrollo espiritual.
Pero esta disciplina debe seguirse de manera constante e imperturbable; no es que siempre tengas que estar concentrado en la misma cosa, no es lo que quiero decir, quiero decir aprender a concentrarse; Y materialmente, para los estudios, para los deportes, para cualquier desarrollo físico o mental, es absolutamente indispensable. Y el valor del individuo es proporcional a su valor de atención.
Y desde un punto de vista espiritual, es aún más importante.
No hay obstáculo espiritual que se resista al poder de concentración penetrante. Por ejemplo, el descubrimiento del ser psíquico, la unión con el Divino interior, las aberturas a esferas superiores, todo puede ser obtenido por un poder de concentración intensa y obstinada, pero es necesario aprender a hacerlo.
No hay nada en el ámbito humano e incluso sobrehumano cuya clave no es el poder de concentración.
Podéis ser el mejor atleta, el mejor alumno, un genio artístico, literario o científico, podéis ser el más gran santo con esta facultad. Y todos tenemos en nosotros un pequeño comienzo de esto.
Es dado a todo el mundo, pero no lo cultivamos.
La Mère 🌟
(Entretiens 1957-58)
Comentarios
Publicar un comentario