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LUCES SOBRE EL YOGA🌠

Capítulo I
El Objetivo
"El método de Yoga que estamos siguiendo aquí tiene un proposito diferente al de otros, ya que tiene como objetivo no sólo hacernos pasar de la conciencia habitual, ignorante y terrestre a la conciencia divina, sino también hacer descender aquí abajo, en la ignorancia de la mente, la vida y el cuerpo el poder supramental de esa conciencia divina y transformarlos, para manifestar el Divino en la tierra y crear una vida divina en la materia. Este es un objetivo extremadamente difícil, un yoga difícil, y a muchos, o incluso a la mayoría, les parecerá imposible. Todas las fuerzas establecidas de la conciencia terrestre ignorante habitual se oponen a él, lo repelen y tratan de impedirlo, y el Sadhak encontrará que su propia mente, su vida y su cuerpo están llenos de los más rebeldes obstáculos para la realización de esta meta. Si puedes aceptar el ideal con todo tu corazón, afrontar todas las dificultades, dejar atrás el pasado y sus apegos, y si estás dispuesto a renunciar a todo y arriesgarlo todo en aras de esta posibilidad divina, sólo entonces puedes esperar descubrir por experiencia, la Verdad que hay detrás.
La sâdhanâ de nuestro Yoga no procede según ninguna enseñanza mental fija ni por formas prescritas de meditación, mantra o de otro tipo, sino por la aspiración, por la concentración interior o ascendente, por la apertura a la Influencia, al Poder Divino por encima de nosotros y su acción, a la Presencia Divina en el corazón, y por el rechazo de todo lo que es ajeno a ellos. Sólo a través de la fe, la aspiración y la sumisión puede producirse esta apertura.
 
La única creación que tiene cabida aquí es la creación supramental: el descenso de la Verdad divina en la tierra, no sólo en la mente y en el vital, sino en el cuerpo y en la materia. No es nuestro propósito eliminar todas las "limitaciones" a la expansión del ego ni dar rienda suelta o alcance ilimitado a la realización de las ideas de la mente humana o los deseos de la fuerza de la vida egocéntrica. Ninguno de nosotros está aquí para "hacer lo que nos plazca" o para crear un mundo en el que finalmente podamos hacer lo que nos plazca; estamos aquí para hacer lo que el Divino quiere y para crear un mundo en el que la Voluntad Divina pueda manifestar su verdad sin que sea distorsionada por la ignorancia humana o pervertida y desnaturalizada por el deseo vital.
El trabajo que el sâdhak del yoga supramental tiene que hacer no es su trabajo personal, hecho en condiciones fijadas por él, sino la obra divina que tiene que realizar siguiendo las condiciones establecidas por el Divino. No hacemos nuestro yoga para nosotros mismos, sino para el Divino. No es nuestra expresión personal lo que debemos buscar, la manifestación del ego individual libre de todas las limitaciones y ataduras, sino la manifestación del Divino. De esta manifestación, nuestra propia liberación espiritual, perfección y realización serán un resultado y una parte, pero no en un sentido egoísta ni para ningún fin personal o interesado. Además, esta liberación, perfección y plenitud no se buscará para nosotros mismos, sino para el Divino."
 
"Si el Supramental no nos diera una verdad mayor y más completa que cualquiera de la de los planos inferiores, no valdría la pena tratar de alcanzarlo. Cada plano tiene sus propias verdades. Algunas dejan de ser verdades en un plano superior; el deseo y el ego, por ejemplo, son verdades de la Ignorancia mental, vital y física; en este nivel un hombre sin ego ni deseo sería un autómata tâmasico. Cuando ascendemos más alto, el ego y el deseo ya no aparecen como verdades; son mentiras que desfiguran la verdadera persona y la verdadera voluntad.
La lucha entre los Poderes de la Luz y los Poderes de la Oscuridad es una verdad aquí abajo; pero a medida que ascendemos, pierde su verdad, y en el Supramental,  no tiene ninguna verdad. Otras verdades permanecen, pero cambian en carácter e importancia, de lugar en el conjunto. La diferencia o el contraste entre lo Personal y lo Impersonal es una verdad de la Sobremental (Overmind); en el Supramental (Supermind) estos aspectos no tienen verdad separada, son uno, inseparablemente.
Pero quien no ha dominado y vivido las verdades de la Sobremente no puede alcanzar la verdad Supramental. El orgullo incompetente del intelecto humano hace distinciones tajantes; quiere saltar de un solo salto a la verdad más alta, sea cual sea, y llamar mentira a todo lo demás, pero esto es un error ambicioso y arrogante. Hay que subir la escalera con un pie firme en cada peldaño si se quiere llegar a la cima."
 
"Es un error insistir demasiado en la naturaleza inferior y sus obstáculos; esto es sólo el lado negativo de la sâdhanâ. Hay que verlos y purificarlos, pero preocuparse por ellos como lo único importante no aporta ninguna ayuda. El lado positivo de la experiencia del descenso es lo más importante. Si uno esperase hasta que la naturaleza inferior estuviera purificada completa y definitivamente, antes de buscar el descenso de la experiencia positiva, podría esperar para siempre.
Es cierto que cuanto más se purifica la naturaleza inferior, más fácil es el descenso de la naturaleza superior; pero es igualmente cierto -si no más- que cuanto más desciende la naturaleza superior, más se purifica la naturaleza inferior. Ni la purificación completa ni la manifestación perfecta y permanente pueden ocurrir de una vez; es una cuestión de tiempo y de progreso paciente. Ambos, purificación y manifestación, avanzan juntos y se fortalecen cada vez más ayudándose mutuamente. Este es el curso habitual de la sâdhanâ."

 "Dije que la forma más decisiva para que llegara la Paz o el Silencio, era un descenso desde arriba. De hecho, y en realidad -aunque no siempre en apariencia-, así es como siempre llegan; no siempre en apariencia porque el sadhak no es necesariamente consciente de lo que ocurre; siente que la paz entra en él, o al menos se manifiesta, pero no ha sido consciente de dónde o cómo ha llegado. Sin embargo, la verdad es que todo lo que pertenece a la conciencia superior viene de arriba; no sólo la paz espiritual y el silencio, sino la Luz, el Poder, el Conocimiento, la visión y el pensamiento superiores, el Ânanda, vienen de arriba. También es posible, hasta cierto punto, que vengan del interior, Pero es porque el ser psíquico está abierto a ellos directamente y descienden allí primero y luego se revelan en el resto del ser desde el psíquico, o porque este último pasa a primer plano. Una revelación desde el interior o un descenso desde lo alto son las dos vías soberanas del siddhi del Yoga. Un esfuerzo de la mente superficial y externa o del ser emocional, una tapasyâ u otra, puede parecer que construye alguna realización de este tipo, pero los resultados suelen ser inciertos y fragmentarios comparados con los que dan las dos vías radicales. 
Por eso, en nuestro Yoga, siempre hacemos hincapié en la necesidad de una "apertura" como condición indispensable para que la sâdhanâ dé sus frutos: una apertura del mental, vital y del físico interiores hacia dentro, en nuestra parte más profunda , el psíquico, y una apertura hacia arriba, hacia lo que está por encima de la mente.
La razón fundamental de esto es que este  mental pequeño, este  vital pequeño y este  cuerpo pequeño que llamamos nosotros mismos, es sólo un movimiento de superficie y en absoluto nuestro verdadero "yo". Todo esto es solo un trozo de una personalidad exterior puesta adelante para una breve existencia, para el juego de la Ignorancia. Esta personalidad está provista de una mente ignorante que busca a tientas en busca de fragmentos de verdad, de un vital ignorante que corre de aquí para allá en busca de fragmentos de placer, de un físico oscuro, sobre todo subconsciente, que recibe el impacto de los objetos y que soporta, en lugar de poseerlos, el dolor o el placer resultante.
Todo esto se acepta hasta que la mente se asquea de ello y comienza a buscar la Verdad real de sí misma y de las cosas, hasta que el vital se asquea de ello y comienza a preguntarse si no hay algo parecido a la dicha real, y hasta que el físico se cansa de ello y quiere liberarse de sí mismo, de sus dolores y placeres. Entonces se hace posible que esta pequeña e ignorante personalidad regrese a su verdadero "Yo", y al mismo tiempo a realizaciones más amplias - o bien a la autoextinción, el Nirvana.
El verdadero Yo no está en la superficie, sino profundamente en el interior y en lo alto. Dentro está el alma, que sostiene la mente interna, el vital interno y el físico interno, y estos tienen una capacidad de extensión universal que puede traer lo que necesitamos ahora: un contacto directo con la verdad de nosotros mismos y de las cosas, un sabor de la dicha universal, una liberación de nuestra pequeñez aprisionada y de los sufrimientos del cuerpo físico bruto. Incluso en Europa se admite con mucha frecuencia hoy en día que hay "algo" detrás de la superficie; pero se equivoca en la naturaleza de este algo y  le llama "subconsciente" o "subliminal", mientras que en realidad es muy consciente a su manera y no es subliminal sino sólo detrás del velo. Según nuestra psicología, este ser interior está conectado con la pequeña personalidad exterior a través de ciertos centros de conciencia que podemos percibir a través del yoga. 
Sólo un poco del ser interior se escapa a través de estos centros y pasa a la vida exterior, pero este poco es la mejor parte de nosotros mismos; a él le debemos nuestro arte, nuestra poesía, nuestra filosofía, nuestros ideales, nuestras aspiraciones religiosas, nuestros esfuerzos hacia el conocimiento y la perfección.  
Pero la mayoría de los centros internos están cerrados o dormidos; abrirlos, hacerles despertar y activarlos es uno de los objetivos del Yoga. A medida que se abren, los poderes y las posibilidades del ser interior cobran vida en nosotros; despertamos primero a una conciencia mayor y luego a una conciencia cósmica; ya no somos pequeñas personalidades separadas con una vida limitada; nos convertimos en centros de acción universal, en contacto directo con las fuerzas cósmicas. Además, en lugar de ser involuntariamente el juguete de estas fuerzas, como lo es la persona a la superficie, podemos llegar a ser hasta cierto punto conscientes y maestros del juego de la naturaleza - este grado depende del desarrollo del ser interior y de su apertura hacia lo alto, los niveles espirituales superiores. Al mismo tiempo, la apertura del centro del corazón liberara al ser psíquico, y comenzara a hacernos conscientes del Divino dentro de nosotros y de la Verdad superior por encima nuestro."

Sri Aurobindo🌟
(Traducido del inglés al francés por la Madre)



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