CONVERSACIONES 1955

9 DE FEBRERO DE 1955🌹

Esta conversación está relacionada con el capítulo IV de “Bases del yoga”, "El deseo, la comida y el sexo".

Dulce madre, aquí pone: “El sol y la Luz pueden ser una ayuda y lo serán..."

Es evidente, que se trataba de alguien que había descrito una experiencia en la que estaba en relación con un sol y una luz, y que deseaba tomar apoyo en ellos para ayudarse en la sâdhanâ. Es la respuesta a una experiencia.

Dulce madre, ¿el deseo es contagioso?

¡Ah, sí! Muy contagioso, mi pequeña. Es incluso más contagioso que la enfermedad. Si alguien tiene un deseo a tu lado, inmediatamente se te mete dentro; y, de hecho, así es como más lo atrapas. Pasa de uno a otro... Es terriblemente contagioso, de una manera tan poderosa que ni siquiera te das cuenta de que es un contagio. De repente sientes que algo surge dentro de ti, es alguien que ha tenido la amabilidad de ponerlo ahí. Por supuesto, se podría decir: "¿Por qué no aislamos a las personas que tienen deseos? ¡Entonces deberíamos aislar a todo el mundo! (La Madre se ríe)

¿De dónde proviene el deseo?

El Buda dijo que provenía de la ignorancia. Eso es suficiente. Es algo en el ser que imagina que necesita algo más para ser satisfecho. Y la prueba de que es la ignorancia es que una vez que lo has satisfecho, ya no la quieres, al menos noventa y nueve veces de cada cien. Es, creo, en un principio, una oscura necesidad de crecimiento. Como en las formas inferiores de la vida, el amor se convierte en una necesidad de tragar, de absorber, de añadir a otra cosa; ésta es la forma más primitiva de amor en las formas más inferiores de la vida.

Es tomar y absorber. La necesidad de tomar es el deseo. Por eso, si nos remontamos lo suficiente a las profundidades de la inconsciencia, podríamos decir que el origen del deseo es el amor. Es el amor en su forma más oscura e inconsciente. Es una necesidad de apegarse a algo, una atracción, una necesidad de tomar.

Tomad por ejemplo... veis alguna cosa que es - que os parece que es - muy hermoso, muy armonioso, muy agradable; si tenéis verdadera conciencia, habéis experimentado esta alegría de ver, de estar en contacto consciente con algo que es muy hermoso, muy armonioso, y entonces eso es todo. Eso se para allí. Tienes la alegría de eso: de que tal cosa existe. Y esto es bastante común en los artistas que tienen sentido de la belleza. Por ejemplo, un artista puede ver una hermosa criatura, y tener la alegría de observar la belleza, la gracia, la armonía del movimiento y todo eso, y ya está. Se para aquí.

Está perfectamente feliz, perfectamente satisfecho, porque ha visto algo hermoso. Una conciencia ordinaria, bastante ordinaria, plana como todas las conciencias ordinarias, en cuanto ve algo bello, sea un objeto o sea una persona, ¡salta! "¡Lo quiero!" Es lamentable, ¿verdad? Y encima, ni siquiera tiene el disfrute de la belleza, porque tiene la angustia del deseo. Pierde uno para no obtener nada a cambio, porque no hay nada agradable en desear algo. Te pone en una condición desagradable, eso es todo.

El Buda dijo que hay mayor alegría en superar un deseo que en satisfacerlo. Es una experiencia que todo el mundo puede hacer y es realmente muy interesante, muy interesante.

Hubo alguien que fue invitado -fue en París- a un estreno (un estreno significa una primera representación) de una ópera cómica, de Massenet creo... no recuerdo quién. El tema era bonito, la obra era bonita y la música no era desagradable; era la primera vez, y esta persona fue invitada al camerino del Ministro de Bellas Artes, que siempre tiene un camerino en todos los estrenos de los teatros del gobierno. Sucedió que este Ministro de Bellas Artes era un buen hombre, un viejo caballero del campo, que había vivido muy poco en París, que era nuevo en su ministerio, y que realmente tenía la alegría de un niño al ver cosas nuevas.

Sólo que él era un caballero bien educado, y como había invitado a una dama, había puesto a ésta delante y se había sentado detrás. Pero era muy infeliz, porque no podía verlo todo. Se inclinaba así, intentando sin mostrarlo demasiado ver algo. Entonces la señora de delante se dio cuenta; y ella estaba muy interesada, y le parecía muy bonito, y no es que no le gustara, le gustaba mucho, y disfrutaba mucho del espectáculo; pero vio lo infeliz que era este pobre ministro por no poder verlo. Luego, como si nada, se echó un poco hacia atrás en su asiento, parecía estar pensando en otra cosa, y retrocedió tan bien que él se adelantó y entonces vio todo el espectáculo. Pues bien, esa persona, cuando dio un paso atrás y renunció a todo deseo de ver el espectáculo, se llenó de una sensación de alegría interior, de liberación de todo apego a las cosas y de una especie de paz, contenta de haber hecho algo por alguien en lugar de satisfacerse a sí misma, hasta el punto de que la velada le proporcionó infinitamente más placer que si hubiera visto la obra de teatro. Esta es una experiencia verdadera, no es una pequeña historia leída en un libro, y fue en el mismo momento en que esta persona estaba estudiando la disciplina budista, y fue en conformidad con lo que el Buda dijo que probó la experiencia.

Y realmente, fue una experiencia tan concreta, no sé, tan real que... ah, al cabo de dos segundos, la obra, la música, los actores, el escenario, las imágenes y todo eso, se esfumaba, como cosas absolutamente secundarias, y completamente indiferentes, mientras que esta alegría de haber dominado algo en uno mismo, y de haber hecho un acto que no era puramente egoísta, esta alegría llenaba todo el ser con una serenidad incomparable - una experiencia deliciosa... Bueno, es una experiencia que no es puramente individual, personal. Cualquiera que quiera probarlo puede tenerlo. Hay una especie de comunión interior con el ser psíquico que se produce en el momento en que renuncias voluntariamente a un deseo, que te hace tener una alegría mucho mayor que si hubieras satisfecho tu deseo.

Además, casi generalmente, casi sin excepción, cuando se satisface un deseo, siempre deja una especie de sabor amargo en alguna parte. No hay deseo satisfecho que no dé una especie de amargura; como cuando has comido un dulce demasiado dulce, te llena la boca de amargura. Así es. Hay que intentarlo sinceramente. Por supuesto, no debes pretender abandonar el deseo y guardarlo en un rincón, porque entonces eres muy infeliz. Hay que hacerlo con sinceridad.

¿Cómo se realiza la necesidad psíquica?

(Silencio)

Te he comprendido bien. Pero no entiendo el sentido de tu pregunta.

¿Cuándo nos realizamos en el mental?

Oh, no, en absoluto. "La necesidad psíquica se realiza", quieres decir: "¿Cómo se realiza? ¿Cómo se expresa en la vida exterior?" ¿A qué llamas “realizarse"? ¿No está claro? ¿No está muy claro en tu pensamiento? "En primer lugar, ¿a qué llamas "necesidad psíquica"? ¿La necesidad de conocer tu ser psíquico o la necesidad del  psíquico de expresarse?

Es la necesidad de lo psíquico de expresarse.

Se expresa realizándose, expresándose.

¿De qué forma?

¿Quieres decir que tiene que pasar por el mental? Gracias a Dios no, porque sería una operación muy difícil. La necesidad psíquica es una expresión de la Gracia Divina, y es expresada por la Gracia Divina. La vida psíquica en el universo es un hecho de la Gracia divina. El crecimiento psíquico es un hecho de la Gracia divina, y el poder final del ser psíquico sobre el ser físico será también un efecto de la Gracia divina. Y la mente, si quiere ser útil, sólo tiene que estar muy tranquila, tan silenciosa como pueda, porque si se involucra es seguro que lo estropeará todo.

¿Entonces no habrá necesidad del mental?

Oh, lo siento, no he dicho que no necesitemos la mente. La mente tiene otro propósito. La mente es un instrumento de formación y organización, y si la mente dejara que el psíquico la utilice, estará bien. Pero no es la mente la que ayudará al psíquico a manifestarse. Los papeles se invierten. La mente puede ser un instrumento de la manifestación del psíquico más tarde, cuando ya haya tomado posesión de la conciencia exterior. Rara vez es así antes. Suele ser un velo y una obstrucción.

Pero ciertamente, no puede ayudar en la manifestación. Puede ayudar en la acción si ocupa su verdadero lugar y su verdadero movimiento. Y si se vuelve completamente dócil a la inspiración psíquica, puede ayudar a organizar la vida, ya que esa es su acción, su razón de ser. Pero primero el ser psíquico debe haber tomado posesión del dominio, debe ser el amo de la casa; entonces las cosas pueden arreglarse.

Sólo hay un camino para el ser exterior. Tomemos el ser físico - el ser físico, el pobre pequeño ser físico, ahí fuera, que no sabe nada, que no puede hacer nada por sí mismo. Pues bien, sólo hay una manera de que permita que el ser psíquico se manifieste, y es, en el cándido calor de un niño (la Madre habla muy bajito), aspirar, orar, pedir, querer con todas sus fuerzas, sin razonar ni intentar comprender. No se puede imaginar cómo el razonamiento y este esfuerzo por comprender obstruyen la experiencia. En el momento en que estás a punto de alcanzar un estado en el que algo va a suceder, en el que alguna vibración va a ser cambiada en la conciencia del ser... estás todo estirado en una aspiración y has conseguido colgar tu aspiración, y estás ahí esperando la respuesta, si esa mente desafortunada empieza a moverse y a preguntarse: "¿Que está ocurriendo, y que va a ocurrir, cuándo va a ocurrir, cómo va a ocurrir, y por qué es así, y en qué orden se van a manifestar las cosas?”, se acabó, puedes levantarte, barrer tu habitación, no sirves para nada más.

Dulce Madre, ¿puede lo psíquico expresarse sin el mental, vital y físico?

Se expresa constantemente sin ellos. Sólo que para que el ser humano ordinario lo perciba, debe expresarse a través de ellos, porque el ser humano ordinario no está en relación directa con el psíquico. Si estuviera en relación directa con el psíquico, sería psíquico en su manifestación - y todo estaría bien. Pero como no está en contacto con el psíquico, ni siquiera sabe lo que es, se pregunta desconcertado qué clase de ser puede ser; así que, para llegar a esta conciencia humana ordinaria, hay que utilizar los medios ordinarios, es decir, pasar por el mental, el vital y el físico.

Puedes saltarte una, pero desde luego no la última, entonces no eres consciente de nada en absoluto. El ser humano ordinario sólo es consciente de su yo físico, y es en momentos relativamente infrecuentes cuando es consciente de su yo mental, un poco más frecuentemente de su yo vital, pero todo esto está mezclado en su conciencia, hasta el punto de que sería totalmente incapaz de decir: "Este movimiento viene del yo mental, este movimiento viene del yo vital, este movimiento viene del yo físico". Se requiere un desarrollo considerable para poder distinguir en uno mismo el origen de los diferentes movimientos que se tienen. Y está tan mezclado que incluso cuando lo intentas, al principio, es muy difícil hacer una clasificación y separar unos de otros.

Es como cuando coges un color, tres o cuatro o cinco colores diferentes, y los pones en la misma agua, y luego los bates juntos, da un resultado gris e indistinto e incomprensible, ¿no?, no puedes decir qué es rojo, qué es azul, qué es verde, qué es amarillo; es algo desordenado, un montón de colores mezclados. Así que primero hay que hacer este pequeño trabajo de separar el rojo, el azul, el amarillo, el verde - ponerlos así, cada uno en su esquina. No es nada fácil.

Conocí a personas que se consideraban extremadamente inteligentes y que creían saber mucho, y cuando les hablaba de las diferentes partes del ser, me miraban así (gesto), y me preguntaban: "¿De qué está hablando? No lo entendieron en absoluto. Me refiero a las personas que tienen la reputación de ser inteligentes. No lo entienden en absoluto. Para ellos, es la conciencia, eso es todo; es la conciencia - "Esta es mi conciencia" - y luego está la conciencia del vecino; y luego hay cosas que no tienen conciencia. Y entonces pregunté si los animales tienen conciencia; entonces empezaron a rascarse la cabeza y dijeron: "Quizá ponemos nuestra conciencia en el animal cuando lo miramos". ¡Así de fácil!

Dulce Madre, cuando el ser psíquico pueda manifestarse perfectamente, ¿qué necesidad tendrá del mental?

Sólo puede manifestarse perfectamente si todas las partes del ser colaboran. Pero no creo que la mente haya sido fabricada con la intención de hacerla desaparecer. Forma parte de la construcción general.

Tu cuerpo, si no tuviera mente, estaría bastante confuso. Sería más una planta que un cuerpo. No hay nada de lo que haces desde la mañana hasta la noche donde el mental no tenga su acción.

Pero, ¿y si el psíquico le guiara?

Bueno, si el psíquico guía al mental, el mental actuará de forma psíquica. Entonces será un mental notable, bastante armonioso y haciendo la verdadera cosa de la verdadera manera.

Para el vital es lo mismo, es exactamente el mismo fenómeno para el vital. El vital, tal como lo tomamos ahora, decimos que es la causa de todos los problemas y dificultades, que es la sede de los deseos, pasiones, impulsos, revueltas, etc., etc. Pero si el vital se somete por completo al psíquico, se convierte en un instrumento maravilloso, lleno de entusiasmo, poder, fuerza de realización, ímpetu, y valor.

La Madre 🌷

(Preguntas y Respuestas 1955)