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CONVERSACIONES 1957

 

 
20 de febrero de 1957

"Las limitaciones del cuerpo son un molde; el alma y la mente deben verterse en ellas, romperlas y remodelarlas constantemente en límites más amplios, hasta encontrar la fórmula que acuerde esta finitud y su propia infinitud."

(Ideas y pensamientos, "Las cadenas")

Dulce Madre, ¿qué significa que "las limitaciones del cuerpo son un molde"?

Si no tuvierais un cuerpo con una forma definida, si no fuerais una individualidad formada, plenamente consciente y con cualidades propias, os fundiríais unos con otros y seríais indistinguibles. Incluso si os adentráis un poco, en el ser vital más material, hay tal mezcla entre las vibraciones de unos y las de otros que es muy difícil distinguiros. Y si no tuvierais un cuerpo, seríais una especie de... papilla inextricable. Por lo tanto, es la forma, esta forma precisa y rígida (en apariencia) del cuerpo, lo que os distingue de los demás. Así que esta forma sirve de molde.

(Dirigiéndose a un niño) ¿Sabes lo que es un molde? ¡Sí!, viertes algo en él en forma líquida o semilíquida y cuando se enfría puedes romper el molde y tienes el objeto con una forma determinada. Pues bien, esta forma del cuerpo sirve de molde para que las fuerzas vitales, las fuerzas mentales tomen una forma definida en él, para que te conviertas en una individualidad separada de las demás.

Sólo poco a poco, muy lentamente, a través de los movimientos de la vida y de una educación más o menos cuidadosa y bien llevada, se empiezan a tener sensaciones que son personales para uno, sentimientos que son personales para uno e ideas que son personales para uno. Una mentalidad individualizada es algo extremadamente raro y sólo se da después de una larga educación; de lo contrario, es una especie de corriente de pensamiento que pasa por tu cerebro y luego por el cerebro de otro y por el de una multitud, y todo esto está en constante movimiento, y no tiene individualidad. Tú piensas lo que otros piensan, otros piensan lo que otros piensan y todos piensan así en una mezcla, porque son corrientes, vibraciones de pensamiento que pasan de uno a otro. Si te observas con atención, pronto te darás cuenta de que hay muy pocos pensamientos en ti que sean personales. ¿De dónde los sacas? De lo que has oído, de lo que has leído, de lo que te han enseñado; ¿y cuántos de ellos son el resultado de tu propia experiencia, de tu propia reflexión, de tu propia observación puramente personal? No muchos.

Sólo aquellos que tienen una intensa vida intelectual, que están acostumbrados a pensar, a observar, a juntar ideas, son los que gradualmente forman una individualidad mental.

La mayoría de la gente -y no sólo los incultos, sino incluso la gente que lee- puede tener las ideas más contradictorias y opuestas en su cabeza, sin siquiera darse cuenta de la contradicción. He tenido muchos ejemplos como éste, de personas que acariciaban ideas e incluso tenían opiniones políticas, sociales, religiosas, sobre todos los llamados campos superiores de la inteligencia humana, y que tenían opiniones absolutamente opuestas sobre el mismo tema, y que no se daban cuenta. Y si te observas a ti mismo, verás que tienes muchas ideas que deberían estar unidas por una serie de ideas intermedias procedentes de una ampliación considerable del pensamiento para que no cohabiten de forma absurda. 

Por lo tanto, antes de que una individualidad sea verdaderamente individual, antes de que tenga sus propias cualidades, debe estar contenida en un recipiente, de lo contrario se extendería como el agua y no tendría forma alguna. Algunas personas, en menor medida, se conocen a sí mismas sólo por el nombre que llevan. Sólo podían distinguirse de sus vecinos por su nombre. Se les pregunta: "¿Quién eres tú? “- “Me llaman así”. Un poco más tarde te dicen el nombre de su principal ocupación o cualidad. Si les dices: "¿Quién eres tú? - "Soy un pintor".

Pero a cierto nivel, la única respuesta es el nombre.

¿Y que es el nombre? Es sólo una palabra, ¿no? ¿Y qué hay detrás? Nada. Es todo un conjunto de cosas indefinidas que no representa en absoluto a una persona separada de su vecino. Sólo está separado porque tiene otro nombre. Si todos tuvieran el mismo nombre, sería muy difícil distinguir a unos de otros.

El otro día leía en este libro sobre la aviación (1) sobre el esclavo que, cuando se le hacía una pregunta, respondía siempre por su nombre. Pero ya era un avance para todos los que recibieron el nombre de esclavo -para todos ellos era el mismo- y todos aceptaron tener el mismo nombre, y por tanto ser la misma persona. Como no tenían ninguna individualidad, sólo tenían una ocupación; y siendo esta ocupación la misma para un número sucesivo de esclavos, todos tenían el mismo nombre.

Vivimos por una especie de hábito apenas semiconsciente: vivimos, ni siquiera nos planteamos lo que hacemos, por qué lo hacemos, cómo lo hacemos. Lo hacemos por costumbre. Todos los que nacen en un determinado entorno, en un determinado país, adoptan automáticamente los hábitos del entorno, no sólo los hábitos materiales, sino los hábitos de pensar, los hábitos de sentir y los hábitos de actuar. Lo hacen sin mirarse, con toda naturalidad, y si se les señala, se sorprenden.

En el fondo, estamos acostumbrados a dormir, a hablar, a comer, a movernos y lo hacemos como algo natural, sin que nos sorprenda por qué o el cómo... Y muchas otras cosas. Todo el tiempo hacemos cosas automáticamente, por costumbre, no nos vigilamos. Y entonces, cuando vivimos en una determinada sociedad, automáticamente hacemos lo que están acostumbrados a hacer en esa sociedad. Y si alguien empieza a observarse a sí mismo actuando, observándose a sí mismo sintiendo y observándose a sí mismo pensando, parece una especie de monstruo fenomenal comparado con el entorno en el que vive. 

Por lo tanto, la individualidad no es una regla en absoluto, es una excepción, y si no tuvierais esta especie de bolsa de una forma especial que es vuestro cuerpo y apariencia exterior, casi no se os podría distinguir unos de otros.

La individualidad es una conquista. Y como dice aquí Sri Aurobindo, esta primera conquista es sólo el primer paso, y una vez que habéis realizado algo en vosotros que parece un ser independiente y personalmente consciente, entonces lo que tenéis que hacer es romper la forma e ir más allá. Por ejemplo, si quieres progresar mentalmente, tenéis que romper todas vuestras formas mentales, todas vuestras construcciones mentales, para poder hacer otras. Así que primero hay que hacer un gran trabajo para individualizarse, y luego hay que desglosar todo lo que se ha hecho para progresar. Pero como no os observáis a vosotros mismos haciéndolo y es el hábito (naturalmente no en todas partes, digamos aquí), el hábito de trabajar, de leer, de desarrollar, de tratar de hacer algo, precisamente para construiros un poco, lo hacéis de manera muy natural y sin siquiera, como dije, observaros a vosotros mismos haciéndolo.

Y sólo cuando estas formas externas entran en fricción mutua es cuando empezáis a sentir que sois diferentes de los demás. Por lo demás, sois éste o aquél, según el nombre que llevéis. Sólo cuando hay fricción, cuando hay alguna cosa que no funciona, que os dais cuenta de una diferencia, entonces veis que sois diferente, de lo contrario no os dais cuenta y no lo sois. De hecho, sois muy poco, muy poco diferentes los unos de los otros.

Cuántas cosas en vuestra vida son hechas, al menos en esencia, de la misma manera que los otros. Por ejemplo, dormir, moverse y comer, y todo tipo de cosas por el estilo. Nunca os habéis preguntado por qué lo hacéis de esta manera y no de otra. No podríais decirlo. Si yo os preguntara: "¿Por qué actuáis de esta manera y no de otra? No sabríais que decir. Pero es simplemente porque habéis nacido en determinadas condiciones y es la costumbre, en esas condiciones, ser así.

De lo contrario, si hubieras nacido en otra época y en otras condiciones, lo harías de forma completamente diferente sin daros cuenta de la diferencia, os parecería muy natural... Por ejemplo -un ejemplo muy, muy pequeño- en la mayoría de los países occidentales e incluso en algunos países orientales, cosen así, de derecha a izquierda; en Japón, cosen así, de izquierda a derecha. Bueno, parece bastante natural coser de derecha a izquierda, no es así, os han enseñado y luego no lo pensáis, coséis así. Llegáis a Japón y coséis delante de ellos y se ríen, porque están acostumbrados a coser de otra manera. Lo mismo ocurre con la escritura. Se escribe así, de izquierda a derecha, pero luego hay gente que escribe de arriba a abajo, hay otros que escriben de derecha a izquierda, y lo hacen de la forma más natural. No hablo de los que han estudiado, reflexionado, comparado las escrituras, no hablo de gente más o menos erudita, no, hablo de gente bastante corriente, y sobre todo de niños que hacen lo que se hace a su alrededor, de forma bastante espontánea y sin cuestionar. Pero luego, cuando, por casualidad, se enfrentan a otra forma de hacer las cosas, es una tremenda revelación para ellos que se puedan hacer las cosas de forma diferente a como ellos las hacen.

Y esto, son cosas sencillas, que os llaman la atención, pero que están en el más mínimo detalle. Lo hacéis así porque el lugar -y el entorno en el que vivís- lo hace así. Y no os miráis haciéndolo.

Básicamente, el origen era Uno, no es así, y la creación debía ser múltiple. Y ha debido representar un gran trabajo para que esa multiplicidad sea consciente de ser múltiple.

Y si os fijáis bien, quizá si la creación hubiera conservado la memoria de su origen, nunca se habría convertido en una multiplicidad diversa. Habría habido, en el centro de cada ser, un sentido de unidad perfecta, y la diversidad -tal vez- nunca se habría expresado.

Al perder el recuerdo de esta unidad, comenzó la posibilidad de tomar conciencia de las diferencias; y cuando se va al inconsciente, en el otro extremo, se vuelve a caer en una especie de unidad inconsciente de sí misma donde la diversidad está tan inexpresada como en el origen.

En ambos extremos, existe la misma ausencia de diversidad. En un caso, es a través de una conciencia suprema de unidad, en el otro caso, a través de una perfecta inconsciencia de unidad.


La fijación de la forma es el medio por el que se puede formar la individualidad.

Esto es todo.

La Madre “Preguntas y Respuestas 1957-1958”

(1) Saint-Exupéry, Terre des Hommes



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